Las carreras de lanchas a motor son un deporte lleno de adrenalina y potencia, y pueden parecer muy alejadas de la navegación a vela y de crucero. Sin embargo, la mayoría de las embarcaciones deportivas que disfrutamos hoy en día no serían posibles sin los iconos de la motonáutica que cambiaron la industria náutica en todo el mundo.
Durante un breve periodo, las carreras de barcos a motor fueron un deporte olímpico, con regatas celebradas en la Isla de Wight en 1908. Sin embargo, su popularidad se disparó en las décadas de 1960 y 1970 con los avances en ingeniería, materiales, velocidad y seguridad. Los campeonatos de P1 se desarrollaron en 2003 en Italia.
El legendario diseñador creó el barco que ha ganado más regatas de la historia: el cuádruple motor de 44 pies Cesa/Gancia dei Gancia. En sus más de 40 años de actividad, su empresa FB Design ganó 52 campeonatos del mundo, 7 trofeos Harmsworth, dos Round Britains y batió 56 récords mundiales de velocidad.
Los descendientes de los diseños de Fabio Buzzi se encuentran ahora en servicio con los organismos gubernamentales y militares de todo el mundo, y en la industria de la navegación de recreo encontramos embarcaciones como el Sunseeker XS2000 y el Hawk 38.
Otros diseñadores como Peter Thornycroft y Alan Burnard también merecen atención, ya que muchos de sus cascos siguen en servicio hoy en día. Sin embargo, los logros de Fabio los supera a todos con creces. En 2019, Fabio Buzzi murió en un accidente durante un intento de batir su propio récord de velocidad.
Para muchos, las carreras de lanchas a motor en alta mar son el máximo desafío para todos los competidores. Una de las más antiguas y legendarias es la competición Cowes-Torquay, que se inició en 1961 después de que Sir Max Aitken decidiera ayudar al crecimiento de la industria náutica del Reino Unido con esta carrera.
Entre sus ganadores, Tommy Sopwith ganó tres veces y los hermanos Gardner (Charles y Jimmy) vencieron en sus Bertram 31 Surfrider y Surfury en 1664 y 1967. Sin embargo, Steve Curtis, propietario de Cougar Marine, ha ganado con esta carrera ocho campeonatos mundiales de lanchas motoras de la Clase Uno.
Su victoria de 2016 en la Cowes-Torquay Race fue la más dura que se ha visto al surcar el agua. Steve Curtis ha sellado su lugar en la historia de las lanchas a motor y en la industria náutica.
Las mujeres que pilotaban lanchas motoras no eran muy comunes, pero su contribución al deporte y a la industria es ejemplar. En Estados Unidos, Betty Cook pilotó su Cigarette Kaama de 36 pies y dejó atrás al resto de participantes en la Cowes Torquay Race de 1978 antes de conseguir dos campeonatos mundiales.
En la aristocracia británica, la valiente Condesa de Arran pilotó diseños rápidos y poco convencionales como el Highland Fling, entre otros. Sin embargo, nuestra mejor piloto femenina es Lady Violet Aitken, esposa de Sir Max Aitken y ganadora del Ladies Trophy en varias ocasiones. La hija de Lady Aitken, Laura, y su nieta, Lucci, siguieron sus pasos como competidoras de barcos de motor.
Uno de los diseñadores de cascos más exitosos de la historia de los barcos a motor es Ray Hunt. Adoptó la ingeniería y los materiales en rápida evolución en sus bien desarrollados diseños, dando el salto a la fibra de carbono reforzada con Kevlar.
Sus diseños de alto rendimiento propiciaron la victoria de Dick Bertram en la Miami-Nassau de 1961 con su prototipo Moppie. El regatista terminó un día entero por delante del tercer clasificado. Ray Hunt se ha convertido en el abuelo de las embarcaciones deportivas actuales.
Los récords de velocidad media en las competiciones de lanchas a motor son una demostración de las mejoras realizadas en el diseño del casco, los trenes de potencia y la habilidad del piloto. Los récords de las competiciones de lanchas motoras en alta mar no tienen mucha publicidad, pero se puede argumentar que son más relevantes que los de las competiciones por la costa.
La primera victoria fue para el Christina de madera de 24 pies en 1961, y se necesitaron dos años para batir el récord de 64 km/h. Cuatro años más tarde, para superar los 80 km/h y desde entonces, la distancia entre poseedores de récords se ha ido ampliando.
En 2015 el récord de 145 km/h fue batido por Peter Dredge, que ganó en su Vector Martini de 44 pies a una velocidad media de 152 km/h. A día de hoy sigue manteniendo este récord.
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