Los magnates actuales están fascinados por los yates, generando un auge en el mercado de estas lujosas embarcaciones tras la pandemia. En la cima de esta tendencia se encuentra el Migaloo M5, un increíble híbrido de megayate y submarino que ofrece una mezcla sin igual de elegancia, privacidad y experiencias excepcionales.
Imagina un submarino que emula la opulencia de un yate de élite. La innovadora propuesta de Migaloo Private Submersible Yachts está transformando la noción de lujo y privacidad bajo el agua. El M5, con su capacidad de sumersión sin precedentes, redefine el concepto de lujo marítimo al ofrecer suites VIP, un gimnasio de vanguardia, un spa con jacuzzis y una capacidad de sumersión que desafía los límites conocidos.
La sección submarina cuenta con seis camarotes VIP de 65 metros cuadrados, mientras que el camarote del propietario abarca impresionantes 300 metros cuadrados distribuidos en tres cubiertas. Este exclusivo transporte tiene 165 metros de eslora y 16 metros de manga, puede alojar perfectamente a 40 personas.
El Migaloo M5 puede sumergirse durante tres o cuatro semanas a una profundidad máxima de 300 metros, desplazándose a 20 nudos en la superficie y a 12 nudos bajo el agua. La seguridad es una prioridad, con un doble casco inspirado en los últimos submarinos de combate. Una experiencia única que fusiona la elegancia de un yate con la exploración submarina de última generación.
Adicionalmente, el Migaloo M5 cuenta con una serie de accesorios exclusivos que realzan aún más su distinción. Entre sus características más destacadas se encuentra una pista de aterrizaje para helicópteros, no solo mejorando su accesibilidad, sino también añadiendo un toque adicional de prestigio. Además, el submarino está equipado para desplegar minisubmarinos y motos de agua, brindando una amplia gama de opciones para la exploración y recreación acuática, así como una total libertad de movimiento en el mar.
En conclusión, el Migaloo M5 destaca por su innovación y sofisticación sin parangón, suscitando la inevitable pregunta sobre su costo. Con un estimado de 2.000 millones de euros, este submarino se erige como uno de los objetos privados más costosos del mundo, reafirmando su estatus como una maravilla exclusiva en el ámbito del lujo marítimo.