Últimamente se han registrado bastantes ataques de orcas, sobre todo en las costas del atlántico. Según los estudios, este hecho ha aumentado considerablemente desde 2020, y es que, en estos tres años, se han documentado casi 300 casos de ataques a todo tipo de embarcaciones.
Uno de los últimos acontecimientos fue hace menos de un mes, una manada de orcas atacó una embarcación en el Estrecho de Gibraltar el pasado 17 de mayo.
En estos últimos casos estamos hablando de las orcas Gladis. Estas suelen habitar las costas de la Península Ibérica y Marruecos bañadas por el Atlántico: desde Tánger hasta Asturias.
Sin embargo, su presencia es común en gran parte de España y en la región de Bretaña en Francia, pues durante todo el año llevan a cabo migraciones a lo largo de toda la costa de la Península Ibérica.
Durante la temporada de verano, realizan un movimiento hacia la zona norte, mientras que en el otoño se expanden en forma de abanico hacia las aguas más profundas.
El ataque de orcas es una parte natural del ciclo de la vida en el océano. Sin embargo, no suelen estar dirigidos a los seres humanos, sino más bien a otras especies marinas.
En un artículo de la revista especializada Marine Mammal Science estuvieron estudiando el comportamiento y realizando un seguimiento a una orca llamada White Gladis. En este escrito, los autores del informe hicieron una conjetura acerca de la eventualidad de que hubiese sufrido un percance con alguna nave.
Los expertos en biología denominan como "situación aversiva" al momento en el que un individuo o varios han experimentado un hecho desagradable, y buscan la manera de evitar que se repita en el futuro.
Todo esto se remonta a mayo de 2020, cuando “Gladis” sufrió un episodio traumático al ser golpeada por el timón de un barco. No es casualidad, que a partir de aquí los encuentros y ataques entre orcas y barcos fueron en aumento de una manera considerable.
*Mapa de los registros. Fuente: https://www.orcaiberica.org/interacciones-registradas
Las orcas son animales depredadores que se encuentran en la cima de la cadena alimentaria marina. Se alimentan principalmente de peces, calamares, focas y, en algunas ocasiones, incluso de otras ballenas.
El ataque de orcas está impulsado por la necesidad de obtener alimento y asegurar la supervivencia de su grupo.
Cabe destacar que, en el caso de las Gladis, se alimentan del atún rojo del atlántico, pez que se encuentra en peligro de extinción por lo que les resulta muy dificultoso conseguir alimentarse y es por eso que estas orcas también están en peligro de extinción.
Estos animales también pueden mostrar agresividad cuando se sienten amenazadas o cuando intentan proteger a sus crías. Si perciben la presencia de un intruso en su territorio, pueden llevar a cabo ataques defensivos para mantener el equilibrio en su ecosistema y garantizar la seguridad de su grupo.
Si bien los motivos mencionados anteriormente explican el ataque de orcas desde una perspectiva general, también existen algunas causas subyacentes que pueden influir en su comportamiento agresivo:
La sobrepesca y la alteración del ecosistema marino pueden llevar a la escasez de presas para las orcas. Esto puede generar una mayor competencia por los recursos y llevar a una mayor agresividad durante las interacciones de caza.
El ruido submarino generado por actividades humanas como la navegación, la exploración sísmica y la construcción marina puede molestar y estresar a las orcas.
Estas perturbaciones pueden alterar su comportamiento natural y, en algunos casos, provocar reacciones agresivas.
El cambio climático está afectando los ecosistemas mar. Es importante tener en cuenta que la interacción entre humanos y animales salvajes puede variar y estar sujeta a cambios a lo largo del tiempo.
Si recientemente ha habido informes sobre ataque de orcas en España, es necesario analizar cada caso individualmente para comprender mejor las circunstancias y determinar las posibles razones detrás de estos incidentes.
En cualquier caso, es importante tener precaución y respeto al interactuar con animales salvajes, incluidas las orcas.
Se deben seguir las regulaciones y las recomendaciones de expertos en vida marina para evitar situaciones potencialmente peligrosas tanto para los humanos como para los animales.
Las orcas son animales salvajes y deben tratarse con respeto y cautela.