La quilla de un barco es una estructura alargada y plana que se encuentra en la parte inferior del casco de la embarcación. Normalmente, está formada por un material robusto como puede ser la madera o el hierro. Comúnmente se define a la quilla como la columna vertebral del esqueleto del barco.
Es una pieza fundamental para la estabilidad y el control del barco durante la navegación. La quilla se extiende desde la proa hasta la popa del barco y se sumerge en el agua, proporcionando estabilidad direccional y resistencia al deslizamiento lateral.
Existen varios tipos de quillas que se utilizan en diferentes tipos de embarcaciones. Su elección depende del tipo de barco y del propósito específico para el que se va a utilizar.
Son la pieza completa que forma parte integral del casco, que recorren de proa a popa a lo largo de la línea de flotación.
Es un tipo común de quilla de barco utilizada en muchos veleros y embarcaciones de vela ligera. Es una estructura a nivel vertical. A diferencia de la quilla corrida, se atornilla a la parte inferior del barco para conseguir el lastre que, al ser de menor dimensión, se le da más profundidad a la pieza.
Se caracteriza por tener un bulbo, una protuberancia en forma de lágrima o torpedo, en la parte inferior de la quilla. Este bulbo generalmente contiene un lastre, que es un peso concentrado, y se encuentra ubicado en la parte más baja del barco.
También conocida como quilla alada, es un tipo específico utilizada en ciertos veleros de alto rendimiento. Se trata de una quilla más pensada para la hidrodinámica, es decir, consigue que el barco tenga más estabilidad navegando.
También se conoce como quilla gemela o bilateral, y se utiliza en ciertos veleros. A diferencia de las quillas tradicionales que tienen una sola aleta, la quilla doble tiene dos aletas ubicadas a ambos lados del casco del barco. Normalmente, se utiliza en barcos que van a navegar por aguas de poca profundidad o son de grandes dimensiones (cruceros).
Las quillas de las embarcaciones se construyen utilizando una variedad de materiales, cada uno con sus propias características y ventajas. La elección del material depende del tipo de barco, su uso previsto, el presupuesto del propietario y las preferencias del diseñador o constructor.
Hierro Fundido: El hierro fundido ha sido un material tradicional para las quillas de barcos durante muchos años. Es relativamente económico y proporciona un buen peso para mejorar la estabilidad del barco.
Plomo: El plomo es un material denso y pesado que se utiliza comúnmente para lastre en las quillas. Es muy efectivo para mejorar la estabilidad del barco debido a su alta densidad y suelen estar recubiertas con una capa de fibra de vidrio o resina epoxi para proteger el plomo de la corrosión.
Acero: El acero es un material fuerte y resistente que se utiliza en quillas de embarcaciones más grandes y de mayor tonelaje. El acero proporciona una buena combinación de resistencia y peso, lo que mejora la estabilidad del barco.
Acero Inoxidable: El acero inoxidable es resistente a la corrosión y se utiliza en algunas quillas de barcos, especialmente en embarcaciones más pequeñas o en aplicaciones especiales donde la resistencia a la corrosión es crucial. Sin embargo, el acero inoxidable es más ligero que el plomo o el hierro, lo que puede afectar la estabilidad en algunas situaciones.
Fibra de Carbono: En embarcaciones de alto rendimiento y yates de carreras, se utilizan aletas de fibra de carbono para reducir el peso y mejorar el rendimiento. La fibra de carbono es extremadamente ligera y fuerte, lo que permite una mayor velocidad y maniobrabilidad, aunque a menudo a un costo significativamente mayor que los materiales tradicionales.
En resumen, la quilla de un barco es una parte esencial de su diseño y desempeña un papel fundamental en la estabilidad, la dirección y el rendimiento general del barco durante la navegación. Un planteamiento adecuado de la quilla es crucial para garantizar una navegación segura y cómoda en diversas condiciones marinas.